martes, 24 de marzo de 2009

AMIGA MIA


Ángel eres ahora quien lo creyera…

Tu dulce luz se guarda en una caja de madera, y la luz, la luz de las mismas estrellas que admiramos del infinito que alguna vez contemplamos, te separan de mi absurda realidad pasajera.

Te vas, y no hago más que pensar en aquel vestido de cristal que haz de usar en la eternidad, en cómo te cortaron, te arrancaron de mi vida, como arruinaron la risa de tus labios rojos y no me dejaron volver a mirarme en el profundo lago de tus ojos.

¿Donde estas? ¿A dónde has ido? ¿Dónde vives ahora que has muerto? Donde podrá alcanzarte mi pensamiento.

La rabia con dolor en lagrimas se tranza y arrepentido por tan estúpida tardanza, me atrevo ahora a repetir lo que ya no existe pero que mil veces hubiese podido decirte.

Amiga… ¿cómo se marchita una vida de tal forma?

Como la tristeza de saberte ausente mi sueño y mi inspiración transforma… así como tu cuerpo joven, preparado para vivir completamente yace ahora bajo tierra destrozado, como destrozados tus sueños para siempre.

¿Quién apago tu chispa? ¡Desgraciado!

Quien que abuso de su maldita cobardía, demostrando su poquísima valía, se atrevió a tocar lo más sagrado con nueve flamas, nueve dagas, nueve marcas de alevosía.

Como se sufre cuando hay llanto y la decisión es tan firme y permanente, cuando el frío es más que un canto, es un lazo que captura el remanente de las cosas, las palabras perdidas para siempre.

Por eso… ¡vuela! Vuela amiga mía, ¡ya eres libre! Vuela, vuela alto y hazme compañía porque ahora estoy más solo y estoy triste.

Sé que no bastan las palabras que te diga, los recuerdos que imperdonable el tiempo obliga… nada, nada importa ya si no estás viva. Si te arrancaron de un tirón el alma entera y sin compasión marchitaron lo que eras.

Mi corazón llora aun y te recuerda, te recuerda como nunca imaginar pudiera. Sin creerlo, sin aceptarlo de ninguna manera.

Por Dios que si hubiese aprovechado el tiempo y pudiera regresar las horas, no me iría sin decirte que te quiero, que me importas, que lo tuyo esta primero, y que a tu lado solo espero ver la luz de infinidad de auroras.

Cuanto vales ahora que no estás… cuanto quisiera acompañar tu soledad… empañar tú cara con el vaho de un cariño de verdad y no separarme de tu lado, de tu alma nunca más.

Pero ahora ya no puedo y en el fondo solo espero, que por un minuto allá en el cielo; no se si con humana conciencia o si con la lucidez que el Eterno agencia… me recuerdes y comprendas que mientras dure el trasegar de mi existencia, estarás en mi mente cada día… porque aunque muerta necesito que algo sepas… y es que te quiero… ahora, siempre… eternamente, amiga mía.

1 comentario:

  1. Wooow... quede sin palabras... Es tan cierto, tan desgarrador, tan lleno de vida aunque sea muerte lo que le denomina... TT

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